jueves, 17 de septiembre de 2015

Hablamos de necesidades.

por: Lic. Raquel Reyes

Es verdad que parte del ciclo de vida de cualquier ser humano es lograr el desarrollo personal pleno en todos los sentidos, pero también es verdad que en este camino maravilloso de la vida nadie nos enseña a ser padres. Cuando somos niños, anhelamos tener una profesión, ganar dinero, casarnos, viajar por el mundo y… ser padres.

No se es padre sólo de sangre, sino también de crianza.

Abraham Maslow, psicólogo estadounidense, uno de los principales fundadores de la psicología humanista, nos hace una aportación muy valiosa, la cual quiero aterrizar a la dinámica familiar y cómo ésta impacta en el rendimiento del niño en la escuela.
Maslow nos habla de las necesidades que requiere satisfacer el ser humano para llegar a la autorrealización, entendiéndose ésta última como la necesidad que todos tenemos de encontrar una justificación o un sentido válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se satisface ésta cuando todos los niveles anteriores han sido alcanzados y completados (al menos hasta cierto punto).
Tal vez resulte un tanto ilógico y no muy razonable querer que tu hijo llegue a ser un individuo autorrealizado cuando no nos percatamos que aún es un ser en formación y que el 95% de su personalidad depende de nosotros, pero yo considero que podemos desde ahora, comenzar a satisfacer las necesidades previas a la autorrealización para contribuir en su desarrollo y bienestar psicológico.

¿Por dónde empezar?

Maslow nos ejemplifica su teoría de las necesidades en una pirámide a la cual llamó “La pirámide de las necesidades del ser humano”. En ella, hay 4 necesidades por satisfacer antes de llegar a la autorrealización. Ahora me enfocaré en el primer peldaño: las necesidades básicas o fisiológicas.


Pirámide de Maslow.
Mientras más hacia la base está la necesidad, más apremiante es.
Mientras más hacia arriba, más nos lleva a la autorrealización. 

Las necesidades básicas que requieren ser satisfechas como primer paso para llegar a la autorrealización son las siguientes (que cubren los dos primeros niveles de la pirámide):
  • Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.
  • Necesidad de dormir (descansar)
  • Necesidad de eliminar los desechos corporales.
  • Necesidad de evitar el dolor.
  • Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o con vestimenta.

Antes de darte ejemplos de cómo ayudar a tu hijo o hija a satisfacer estas necesidades, primero debes darte cuenta si tú como padre (o madre) tienes satisfecho este primer escalón: ¿Comes a tu hora? ¿descansas? ¿escuchas a tu cuerpo? etc. No quieras implementar con tu hijo alguna estrategia para satisfacerlas sin responsabilizarte también de tus propias cuestiones personales.

Nivel uno: necesidades fisiológicas

1. Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse) y alimentarse.

Acostumbra a tu hijo(a) a hidratarse constantemente: coméntale lo importante que es consumir líquidos y explícale que la mayor parte de su cuerpo está hecho de agua; que el agua es necesaria para vivir y no solo para los humanos sino también para los animales y las plantas. Puedes ponerle, como parte de su vianda o refrigerio para el colegio, una botella de agua natural y supervisar, cuando llegue a casa, que haya tomado líquido.

En cuestión de los alimentos es muy importante proporcionar comida nutritiva y saludable de 3 a 5 veces al día y en los lugares indicados para su consumo (cocina, comedor) nada de dejarlo comer con la televisión o la Tablet encendida, pues esto hará que se prolongue mucho su tiempo para terminarse sus alimentos. Dale a probar nuevos sabores, ofreciéndole un menú agradable para su vista, que despierte en él el deseo de probar. Si el niño batalla con probar algunas verduras o frutas, ofréceselas poco a poco, en pequeñas cantidades, para que adquiera el gusto por probarlas.

Para la necesidad de respirar puedes hacer que en 5 minutos al día, antes de iniciar las tareas escolares, se ejercite a inhalar y exhalar para oxigenar bien su cuerpo y principalmente que llegue la sangre al cerebro.

2. Necesidad de dormir (necesidad de descanso)

Un(a) niño(a) debe de dormir un mínimo de 8 horas al día. Si tu hijo(a) no descansa este tiempo, no nos te extrañe que su rendimiento escolar sea malo. Tienes que establecerle horarios para dormir. Es muy contraproducente para la formación de tu hijo el dejar que la televisión o que otro recurso tecnológico sea la “nana” a la hora de dormir. Es necesario establecer rutinas para lograr el descanso adecuado. Léele un cuento después del baño nocturno: ¡es una buena estrategia! Niño que no duerme bien es niño que después de las 11 de la mañana lo verás deambular “sin encontrar un goce o sentido a las actividades que realiza” [es decir, en "modo zombie" -- N. del E.]. La desventaja de los niños, a diferencia de nosotros los adultos, es que ellos no saben identificar esta necesidad y por ende comienzan a manifestarse inquietos, apagados, desordenados, etc. La conducta de los niños es un reflejo de lo que pasa en su cuerpo... y pocos saben escucharlo. Por eso es importante satisfacer la necesidad de dormir desde casa.

3. Necesidad de eliminar los desechos corporales (necesidad fisiológica).

-“¡Pedrito, deja el videojuego y ve al baño! Ya vi que tienes ganas pero te estás aguantando”.

A que tú como papá (o mamá) haces también este tipo de intervenciones cuando ves a tu hijo "bailando de las ganas", pero sin ir a cubrir su necesidad ¿verdad? Porque ¿cuántos de nosotros tampoco ponemos un límite a la hora de que el niño va al baño y dejamos que se tarde toda la eternidad en limpiarse? Como necesidad básica, hacer que nuestros hijos escuchen a su cuerpo y vayan al baño es muy importante. Un niño que se aguanta de ir al baño no está cómodo consigo mismo, ni concentrado en lo que debe concentrarse. Por las tardes podemos enseñarlo y hablarle de la importancia de escuchar su cuerpo y que sepa que aunque el videojuego esté muy divertido, éste puede esperar.



Nivel dos: necesidades de seguridad

1. Necesidad de evitar el dolor (necesidad de integridad física).

Hoy en día es alarmante pensar que nuestros hijos pueden ser víctimas o victimarios del bullying. Enseñar a tu hijo el respeto al cuerpo ajeno, a su propio cuerpo, y a su espacio vital, es prioridad desde el inicio de su vida escolar. Como estrategia, puedes implementar el autocontrol como recurso en el manejo de las emociones. Los niños en edad preescolar muchas veces no tienen consciencia de que su conducta y sus reacciones repercuten en su formación como individuo. Hay que enseñarle las emociones básicas, como alegría, enojo, tristeza, etc. 

Juega con tu hijo actuando esas emociones; dale ejemplos sencillos de cómo se puede expresar sin causarse daño ni causarlo a nadie más. Hazle saber que se vale enojarse, siempre y cuando sepa canalizarlo sin lastimar a nadie (ni a sí mismo). Y lo mismo aplica a la tristeza. Permitirle vivir y sentir sus emociones es sinónimo de conocer y aprender a focalizar las necesidades que ellos vayan identificando.


2. Necesidad de mantener la temperatura corporal, en un ambiente cálido o  con vestimenta (necesidad de confort).

La hora del baño... Para muchos padres es una tormenta. Pero créeme que, si eres firme, y aunque batalles uno o dos años, lograrás hacerlo un hábito. En cambio, si titubeas, concedes, te vales del chantaje, incluso si evades, lograrás crearle un hábito que durará por muchos años, hasta que el propio niño llegue a la edad en la que pueda tomar sus propias decisiones... ¡y ojalá que asuma entonces su propia responsabilidad y tenga interés por su aseo personal!

--oo00oo--

En resumidas cuentas, hay que iniciar con lo más fácil, que es identificar estas necesidades básicas  y valorar qué tanto las estás cubriendo como papá y qué te está faltando por hacer. No es tarea sencilla, pero créeme que si eres constante y tomas como supuesto básico el que debes satisfacerlas, las  necesidades de más arriba en la pirámide de Maslow, que son las que llevarán a tu hijo a la autorrealización resultaran más fáciles. Se trata de que tú, yo y todos los papás (o mamás) formemos individuos autosuficientes. Empecemos a trabajar en ellos... ¡buena suerte!





martes, 11 de agosto de 2015

¿Estás lista para el primer día de clases?

por: Lic. Raquel Reyes


Se llegó el momento esperado de comenzar a crecer y convertirse en niño “grande”. Llegó la hora de iniciar la etapa del preescolar, la hora de llevar a tu hijo al kínder por primera vez. Tal vez este acontecimiento venga cargado de un sinfín de emociones desbordantes, tanto para ti como para el nuevo estudiante. Por primera vez, para muchos padres, inicia el proceso de desprendimiento físico y emocional para con sus hijos, aunque para otros puede ser un proceso "normal", puesto a que ya vivieron este suceso al momento de dejarlo en la guardería. De cualquier forma, cabe recordar que ahora esos "bebés" que antes requerían todo el apoyo del adulto para satisfacer sus propias necesidades, se han convertido en niños de tres años, listos para entrar al kínder y adquirir competencias para la vida  que los ayuden a formar su personalidad adulta. 

Es normal para nuestro hijo o hija que el primer día de clases se convierta en un día algo frustrante, lleno de llanto y con cierta resistencia para quedarse, así como para nosotros también es normal sentir una mezcla de emociones (por no decir específicamente tristeza) que nos harán vivir angustiados y con ganas de llorar al verlo tan indefenso cuando cruce la puerta para entrar a su salón de clases. 

Para manejar estas situaciones que nos resultan un poco incómodas, a continuación te brindamos algunas recomendaciones que ayudarán a abordar de una forma sana el primer día de clases en el preescolar: 

Acepta lo evidente

Primero y antes que nada, hay que aceptar que tu “bebé” ya no es un bebé. Para muchos padres el pensar que su hijo está creciendo y empieza a ser independiente genera mucha ansiedad, por sentir inconscientemente que papá o mamá ya no serán tan indispensables para el goce de las necesidades del pequeño. Erik Erikson le llama “iniciativa” a esta etapa de desarrollo psico-social, porque el niño es capaz de comenzar a valerse por sí mismo, alcanzando un propósito a sus propios intereses. Y si en la familia no logramos propiciar un entorno en donde dejemos experimentar a nuestros hijos a realizar actividades en las que demuestre que puede decidir, elegir y ejecutar acciones correctas y buenas para el logro de sus propósitos, lo que lograremos serán fuertes sentimientos de culpabilidad, miedos e inhibiciones. 

Prepáralo

Algo que resulta muy útil es ir acostumbrando desde antes a nuestros hijos a realizar pequeñas y divertidas actividades didácticas en la casa, como lo son el colorear, pintar, hacer masilla, construir, realizar experimentos, bailar y cantar. Cada vez que se realicen es aconsejable recordarle al menor: “mi amor, en la escuela realizarás actividades como éstas con niños de tu edad y yo estaré orgullosa al verte disfrutarlas tanto”.

¿Y por qué no? Algo divertido y original es visitar el preescolar antes de entrar a clases. Darte con tu chiquitín una vuelta por nuestras aulas y conocer a nuestros docentes, para ofrecerle al futuro estudiante una entrada a un territorio desconocido y poco explorado. 

Tampoco exageres

Mucho ojo. Ten cuidado de no exagerar, al hablar todo el día, a todas horas y en cualquier momento del preescolar. Los niños pequeños son expertos en captar las señales no verbales de sus padres, es decir, culpas, angustias y preocupaciones excesivas. Cuando más tranquilos y calmados estemos, más seguros se sentirán nuestros hijos. 

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Ahora sí, siguiendo los pasos anteriores podremos estar más que preparados para el día tan esperado: el primer día de clases en el preescolar. ¡Que lo disfrutes mucho!


domingo, 19 de julio de 2015

¡Bienvenid@ al blog del Preescolar Vasco!

Bienvenido o bienvenida a este blog que el Preescolar Bilingüe Vasco de Quiroga lanza hoy con el fin de que sea un punto de encuentro entre todos los que estamos interesados en educar a nuestros hijos de la mejor manera ¿y quién no, verdad? Sin embargo, aunque es un interés universal, no siempre nos sentimos capacitados para hacerlo. Pensamos que lo estábamos, hasta que nos tocó ejercer la paternidad o maternidad por nosotros mismos ¿cierto?

Pues bien, las entradas que publicaremos no pretenden contener recetas mágicas, ni técnicas infalibles dadas desde la soberbia de un experto y para la frustración ansiosa de un padre o una madre que no encuentra la salida a su problema específico con sus hijos en casa. Más bien queremos que sean un compartir, hombro con hombro, nuestras vivencias pasadas como padres/madres de familia y como profesionistas de la educación. Y queremos que estas ideas y estos aprendizajes --a veces conseguidos por la vía difícil-- lleguen a quien los necesite o los pueda encontrar útiles.

Nos gustaría verte regresar a menudo, en busca de una idea concreta, o una reflexión oportuna. Trataremos de que todo lo que encuentres aquí sea absolutamente práctico: que lo puedas probar por ti mismo(a) en casa y decidir si funciona para ti o no. Queremos que nuestras reflexiones te den luz y nuestras ideas tienten a tu creatividad en el momento oportuno. Y por supuesto, esperamos escuchar tu retroalimentación, o tus dudas, o lo que también nos quieras compartir.

Si perteneces a la comunidad del Preescolar Bilingüe Vasco de Quiroga, ya nos veremos en los pasillos del colegio, para comentar nuestros descubrimientos y resultados. Si no, ya aprovecharemos éste o cualquier otro medio de comunicación para seguir en contacto y darnos cita a charlar de cómo van nuestros hijos, o nuestros alumnos, o nuestros pequeñines a cargo o, simplemente, los que son significativos para nosotros.

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¡Feliz educación de los hijos en casa!